Mándame una señal.

Es la primera vez que me pasa y me encuentro con un lío mental.
¿Qué hubiese pasado si hubiéremos ido a más? ¿Al final acabaríamos viniendo a menos?
Te quiero mucho. Sólo me quedan darte gracias por todas las cicatrices que has hecho sanar con tu cariño.
Me dan ganas de llorar por todo esto, pero es tanto el cariño que te tengo que me duele el alma solo de ver mi escrito.
El que dirán nos importa, quizás eso es lo que nos frena.
La noche de ayer dolió mucho más de lo que crees. 

Enterrando sentimientos...

Y ahora es cuando me derrumbo, me pongo a temblar y me decido a jugar contigo.
Lo siento... Nunca hubiera querido un final para nosotros.

No entiendo.

La lluvia moja los cristales, aunque dentro de mi aún llueve más.
Mi corazón se ha desbordado, como un río…
Mi mente está en plena tormenta y mi cara ya empieza a reflejarlo todo.
Por si quieres volver algún día, estaré aquí esperando a algo que no sé si llegará…

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Porque las cicatrices me siguen doliendo a día de hoy, aunque te empeñes en curarmelas con alcohol de 90º ya es demasiado tarde, son cicatrices... haberlo intentado cuando eran heridas abiertas. Siempre has sido bastante impuntual.
Porque me duele, porque es como si me clavaras cristales diminutos por la piel.

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Me tapa los ojos por detrás y me jura el cielo con solo rozarme.
Fantástico, fantástico.
Sus labios rozan mi nuca y me vuelvo loca.